Rodolfo Stavenhagen, Ph.D. Professor of Sociology Colegio de México Mexico City, Mexico La "historia oficial" El tema de la propaganda es muy polémico, que se entiende en un momento dado por propaganda o por no-propaganda. Pero en cuanto a la historia, la historiografía que se ha hecho tradicionalmente en América Latina, ha sido la historia escrita por los vencedores, ha sido la historia escrita por los miembros del grupo dominante, la historia oficial. Esto se ve claramente si uno lee los libros de texto que se usan en las escuelas para la enseñanza de la historia de los niños, de los jóvenes, e incluso a nivel universitario, que fundamentalmente ha sido una historia de arriba, que utiliza las fuentes oficiales para desarrollar una visión oficial de la historia de nuestros países. Esa es una visión excluyente de los indígenas, excluyente de sus luchas y es muchas veces, también, una historia discriminatoria que caracteriza a los indígenas como a los enemigos de la nación, como a los enemigos del Estado, los primitivos, los salvajes a quienes había que pacificar, a quienes había que civilizar, etcétera. Frente a esto en el marco de las luchas por el reconocimiento de los derechos indígenas hay también la demanda de revisar la historia, de criticar esta historia oficial y de procurar hacer una historia alternativa--una historia que refleje los puntos de vista ya no de los conquistadores, sino de los conquistados; una historia de los de abajo. Esto es difícil porque muchas veces ese tipo de historia se confunde con memoria, porque es memoria oral, es memoria transmitida de generación en generación que muchas veces no tiene documentación oficial existente y tiene que ser reconstruida en base a nuevos estudios arqueológicos, nuevos estudios etnohistóricos con fuentes que no se habían visto antes. Los historiadores oficiales, por ejemplo, buscan documentos en los archivos militares, o en los archivos policíacos, o en los archivos de los gobiernos, y ahí encuentran los puntos de vista del Estado, los puntos de vista de las fuerzas del orden. Pero no encuentran la información de quienes sufrieron o quienes se levantaron en armas en la resistencia contra los latifundistas o contra el Estado, o contra el ejército o las policías, etcétera. La necesidad de una historia alternativa Aquí en Mexíco hay también un problema muy serio de escribir una nueva historia. De que manera esta nueva historia responde a los cánones de los que se enseña en las universidades, la historia objetiva, la historia basada en fuentes, la historia neutral o de que manera es una historia que al mismo tiempo reivindica posiciones culturales y, porque no decirlo, también posiciones ideológicas. La historia se reescribe en cada generación, pero también se reescribe en función de quien es el sujeto de la historia. No tenemos todavía en América Latina una historia auténtica de los pueblos indígenas de América Latina. Lo que tenemos son historias de los países, historias de los Estados y los Estados son construcciones artificiales creadas después de la época colonial por las élites gobernantes. Pero los propios indígenas no tienen todavía su propia historia. Yo no quiero meterme a discutir la diferencia entre historia, memoria y propaganda porque sobre esto hay muchos debates y no hay acuerdo, pero sí hago un llamado a que es necesario reescribir una historia, porque es una historia oficial insatisfactoria, y reescribir una historia alternativa de los pueblos subordinados que son los pueblo indígenas.